Gabinete Akro - Psicología Infantil y Adolescente

Artículo

LA DISFORIA DE GÉNERO

Descripción general

El sexo, el género y la identidad Sexo y género no son la misma cosa.

• El sexo se refiere a la condición biológica de una persona: hombre, mujer o intersexual.

• La identidad sexual se refiere al género al que una persona se siente atraída sexualmente (si es que se siente atraída por algún género).

• La identidad de género es un sentimiento subjetivo de saber a qué sexo se pertenece, es decir, si la persona se considera varón, mujer, transexual u otra denominación identificadora (p. ej., intergénero, no binario, sin género).

• El rol de género es la manifestación objetiva y pública de la identidad de género e incluye todo lo que las personas dicen y hacen para indicar a sí mismas y a los demás el grado de adherencia al género con el cual se identifican.

Las conductas de rol sexual caen en un continuo de masculinidad o feminidad tradicional, aunque culturalmente se reconoce cada vez más que algunas personas no se ajustan (ni se quieren ajustar necesariamente) a la dicotomía hombre-mujer tradicional. Estas personas pueden referirse a ellos mismos como "de género diferente", no binarios o uno de muchos otros términos que se han vuelto más utilizados en los últimos 10 años.

El término cisgénero a veces se usa para referirse a personas cuya identidad de género corresponde a su sexo al nacer. Las culturas occidentales son más tolerantes con las conductas no conformistas de género en las niñas (lo que generalmente no se considera un trastorno de género) que con las conductas afeminadas o en los varones.

Muchos varones juegan como niñas o actúan como sus madres, lo que incluye probarse la ropa de su hermana o su madre. En general este comportamiento es parte del desarrollo normal. La disconformidad de género (conducta que difiere de las normas culturales para el sexo de nacimiento de un individuo) en los niños no se considera un trastorno y rara vez persiste en la edad adulta o conduce a la disforia de género, aunque los niños que manifiestan disconformidad persistente pueden ser más propensos a eventualmente ser homosexuales o bisexuales en su adultez.

La incongruencia de género o disconformidad con el género en sí no se considera un trastorno. Sin embargo, cuando la percepción de falta de correspondencia entre el sexo de nacimiento y la identidad de género que uno siente provoca malestar significativo o discapacidad, un diagnóstico de disforia de género puede ser apropiado. El malestar es típicamente una combinación de ansiedad, depresión e irritabilidad.

Las personas con disforia de género grave, a menudo llamadas personas transexuales, pueden experimentar síntomas severos, inquietantes y persistentes y tienen un fuerte deseo de una transformación médica y/o quirúrgica de su cuerpo para que esté más alineado a su identidad de género.

Aunque faltan cifras precisas, se estima que entre el 0,005 y el 0,014% de los varones al nacer y el 0,002 a el 0,003% de las mujeres al nacer cumplen con los criterios diagnósticos de disforia de género, como se establece en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, quinta edición (DSM-5). Muchas más personas se identificarían como personas transgénero, pero no cumplen con los criterios de disforia de género.

Algunos estudiosos sostienen que el diagnóstico de disforia de género es principalmente una afección médica, relacionada con trastornos del desarrollo sexual, y no un trastorno mental en absoluto. Por el contrario, algunos miembros de la comunidad transgénero consideran que incluso las formas extremas de no conformidad de género son simplemente una variante normal de la identidad y expresión sexual humana.

La disforia de género es la sensación de incomodidad o angustia que pueden sentir las personas cuya identidad de género difiere del sexo asignado al nacer o de las características físicas relacionadas con el sexo. Las personas transgénero y no conformes con su género pueden experimentar disforia de género en algún momento de sus vidas. Pero no todas las personas se sienten afectadas.

Algunas personas transgénero y no conformes con su género se sienten a gusto con sus cuerpos, ya sea con intervención médica o sin ella. Síntomas La disforia de género puede hacer que los adolescentes y los adultos experimenten lo siguiente:

• Una marcada diferencia entre tu identidad de género interna y el género asignado que dura al menos seis meses, como lo demuestran al menos dos de los siguientes puntos:

o Una marcada diferencia entre tu identidad de género interna y las características sexuales primarias o secundarias, o las características sexuales secundarias anticipadas en adolescentes jóvenes

o Un gran deseo de deshacerte de las características sexuales primarias o secundarias debido a una marcada diferencia con tu identidad de género interna, o un deseo de prevenir el desarrollo de características sexuales secundarias anticipadas en adolescentes jóvenes

o Un gran deseo por las características sexuales primarias o secundarias del otro género o Un gran deseo de ser del otro género o de un género alternativo diferente del género asignado

o Un gran deseo de ser tratado como el otro género o un género alternativo diferente del género asignado

o Una firme convicción de que tienes sentimientos y reacciones típicas del otro género o de un género alternativo diferente del género asignado

• Aflicción o deterioro significativo en áreas sociales, ocupacionales u otras áreas de funcionamiento

La disforia de género puede comenzar en la infancia y continuar hasta la adolescencia y la edad adulta (inicio temprano) O bien, es posible que atraviese períodos en los que ya no experimentan disforia de género, seguidos de una recurrencia de la disforia de género.

También pueden experimentar disforia de género en la época de la pubertad o mucho más tarde en la vida (inicio tardío). Complicaciones La disforia de género puede afectar muchos aspectos de la vida. La preocupación de ser de otro género que no sea el asignado a menudo interfiere en las actividades diarias.

Las personas que experimentan disforia de género pueden negarse a ir a la escuela, debido a la presión de vestirse de una manera que está asociada con su sexo o por miedo a ser acosados o molestados. La disforia de género también puede perjudicar la capacidad de desempeñarse en la escuela o en el trabajo, lo que genera deserción escolar o desempleo. Las dificultades en las relaciones son comunes.

La ansiedad, la depresión, la autolesión, los trastornos alimentarios, el abuso de sustancias y otros problemas pueden ocurrir. Las personas que tienen disforia de género a menudo también experimentan discriminación, lo que causa estrés . El acceso a los servicios de salud y a los servicios de salud mental puede ser difícil, debido al temor al estigma y a la falta de proveedores experimentados.

Los adolescentes y adultos con disforia de género, antes de la reasignación de género, podrían estar en riesgo de ideación suicida, intentos de suicidio y suicidio. Después de la reasignación de género, el riesgo de suicidio podría continuar.

¿Cuáles son las causas de la disforia de género?

Nadie sabe exactamente qué causa la disforia de género. Algunos expertos creen que las hormonas en el útero, los genes y los factores culturales y ambientales pueden intervenir. En algunos casos y dependiendo de la severidad se llegan a diagnosticar como trastornos de identidad de género

Los trastornos de identidad de género son trastornos en los que el individuo se identifica, de un modo intenso y persistente, con el otro sexo junto con malestar persistente por el propio sexo anatómico (asignado) o un sentimiento de inadecuación en el papel de su sexo.

Los antecedentes y un examen psiquiátrico confirman el deseo persistente de pertenecer al sexo opuesto. Este trastorno describe un conflicto entre el género físico o manifiesto de una persona y su propia auto identidad. Por ejemplo, una persona identificada como hombre puede realmente sentir y actuar como si fuera una mujer.

Esto es diferente al homosexualismo, ya que los homosexuales casi siempre se identifican con su sexo o género manifiesto. El sentimiento de estar en un cuerpo de género "equivocado" debe persistir por lo menos 2 años para hacer el diagnóstico. Los problemas de identidad se pueden presentar en una variedad de escenarios y manifestarse en formas diferentes. Puede darse comportamiento “afeminado” en el caso de un hombre, o “mas masculino” en el caso de una mujer. Algunos de ellos pueden cambiar la forma de vestir y otros pueden realmente recurrir a una cirugía para cambiarse de sexo.

Puede darse el caso de una persona que nace con genitales ambiguos, lo cual es probable que genere también un trastorno de identidad de sexo.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno de identidad de género?

Niños: 

Expresan el deseo de pertenecer al sexo opuesto

 Tienen disgusto con sus propios genitales 

Creen que ellos crecerán y llegarán a ser del sexo opuesto

 Son rechazados por su propio grupo y se sienten aislados 

Sufren depresión o ansiedad Adultos: 

Deseo de vivir como una persona del sexo opuesto

 Desean deshacerse de sus propios genitales

 Visten de una manera que es típica del sexo opuesto

 Sufren depresión o ansiedad 

Se sienten aislados

Aunque la mayoría de los transexuales presentan síntomas de disforia de género o tienen la sensación de ser diferentes en la primera infancia, algunos no los presentan hasta la vida adulta. Los transexuales masculinos-femeninos inicialmente pueden vestirse como el otro sexo y sólo más tarde llegan a aceptar su identidad sexual opuesta. El matrimonio y el servicio militar son comunes entre los transexuales que intentan alejarse de sus sentimientos de sexualidad opuesta (transexuales). Una vez que aceptan sus sentimientos de género cruzado y la transición pública, muchas mujeres trans se mezclan perfectamente en el tejido de la sociedad como mujeres, con o sin terapia hormonal ni cirugía de reasignación de sexo.

Algunos varones de nacimiento que se identifican como mujeres están satisfechos con dominar esa apariencia más femenina y obtener tarjetas de identidad como mujeres (p. ej., licencia de conducir, pasaporte) que los ayuden a trabajar y vivir en la sociedad como mujeres. Otros tienen problemas, que pueden incluir la ansiedad, la depresión y una conducta suicida. Estos problemas pueden estar relacionados con factores de estrés sociales y familiares asociados con la falta de aceptación de comportamientos de no conformidad de género.

Adultos o niños: 

Evitan la interacción social 

Cambian la forma de vestir y muestran hábitos característicos del sexo opuesto

¿Cuál es la causa que lo provoca?

Los factores biológicos, como la dotación genética y el medio hormonal prenatal, determinan en gran medida la identidad de género, pero tanto ésta como el papel de género se constituyen ( o pueden constituirse) de forma estable por influencia de factores sociales, como la cualidad del vínculo emocional con los padres y la relación que cada uno de éstos establece con su hijo.

Algunos estudios muestran una tasa de concordancia mayor para la disforia de género en los gemelos monocigóticos que en gemelos dicigóticos, lo que sugiere que existe un componente hereditario en la identidad transgénero. Pocas veces la transexualidad se asocia con ambigüedad genital (afecciones intersexuales [trastornos del desarrollo sexual]) o una anomalía genética (p. ej., síndrome de Turner, síndrome de Klinefelter).

Cuando la clasificación sexual y la situación en que se cría el niño son confusas (p. ej., en casos de genitales ambiguos o síndromes genéticos que alteran el aspecto de los genitales, como los síndromes de insensibilidad a los andrógenos), los niños pueden no estar seguros sobre su identidad o su rol sexual, aunque el nivel de importancia de los factores ambientales sigue siendo controvertido. Sin embargo, cuando la clasificación sexual y la forma en que se cría el niño son claras, ni siquiera la presencia de genitales ambiguos puede afectar el desarrollo de su identidad sexual.

Diagnóstico • Criterios DSM-5 específicos Diagnóstico en todos los grupos etarios

La disforia de género se manifiesta de diversas maneras en los diferentes grupos etarios. Pero para el diagnóstico de la disforia de género en todos los grupos etarios, los criterios del DSM-5 requieren la presencia de:

• Incongruencia marcada entre el sexo de nacimiento y la identidad de género que uno siente (identificación con el sexo opuesto) que ha estado presente durante ≥ 6 meses

• Malestar clínicamente significativo o deterioro funcional que resulta de esta incongruencia Diagnóstico en los niños Además de las características requeridas para todos los grupos etarios, los niños deben presentar ≥ 6 de los siguientes:

• Un marcado deseo de ser o la insistencia de que son del género opuesto (o algún otro género)

• Una fuerte preferencia por vestirse con ropa típica del sexo opuesto y, en las niñas, resistencia a usar ropa típicamente femenina

• Una marcada preferencia por los roles del sexo opuesto en los juegos

• Una marcada preferencia por juguetes, juegos y actividades típicas del otro sexo

• Una fuerte preferencia por compañeros de juego del otro sexo

• Un fuerte rechazo a juguetes, juegos y actividades típicas del sexo que coincide con su sexo de nacimiento

• Una fuerte aversión de su anatomía

• Un fuerte deseo de los rasgos sexuales primarios y/o secundarios que concuerdan con la identidad de género que se siente.

La identificación con el sexo opuesto no debe ser simplemente un deseo de ventajas culturales percibidas propias del sexo opuesto. Por ejemplo, un niño que dice que quiere ser niña sólo porque así recibirá el mismo trato especial que su hermana pequeña es poco probable que tenga disforia de género.

Diagnóstico en adolescentes y adultos

Además de las características requeridas para todos los grupos etarios, los adolescentes y los adultos deben presentar ≥ 1 de los siguientes:

• Un fuerte deseo de no poseer sus rasgos sexuales primarios y/o secundarios (o en el caso de los adolescentes, prevenir su desarrollo)

• Un fuerte deseo de las características sexuales primarias y/o secundarias que corresponden al género con que se identifican

• Un fuerte deseo de pertenecer al sexo opuesto (o a algún otro género)

• Un fuerte deseo de ser tratado como de otro género

• Una fuerte convicción de que tienen sentimientos y reacciones típicas de otro género 

El diagnóstico de disforia de género en los adultos se enfoca en determinar si existe una angustia significativa o un deterioro evidente de las áreas sociales, laborales u otras áreas importantes de funcionalidad. La disconformidad de género no es suficiente para el diagnóstico.

¿Cuál es el tratamiento recomendado?

Se recomienda terapia individual o familiar para los niños e individual o de pareja para los adultos, sobre todo en el caso de experimentar ansiedad y depresión. El cambio de sexo mediante la cirugía y la terapia hormonal es una opción, pero a menudo los problemas de identidad persisten después de esta forma de tratamiento.

El diagnóstico y tratamiento tempranos de este problema contribuyen a un mejor resultado final.

• Psicoterapia

• En ciertos pacientes motivados mayores de cierta edad (generalmente 16 años o más), la terapia hormonal del otro sexo y, a veces, la cirugía de reasignación de sexo y otras cirugías de afirmación de género, con el consentimiento necesario. Las conductas de disconformidad de género, por ejemplo vestirse como el sexo opuesto, no requiere tratamiento si se produce sin una angustia psicológica o un deterioro funcional concurrentes.

Esta conducta no se considera un trastorno. Cuando amerita tratamiento, éste está destinado a ayudar a los pacientes a adaptarse y no a intentar disuadirlos de su identidad. Los intentos de alterar la identidad de género en los adultos no han demostrado eficacia y actualmente se considera poco ético. En la mayoría de las culturas occidentales, la mayoría de los transexuales que requieren tratamiento son varones de nacimiento que reclaman una identidad sexual femenina y ven sus genitales y sus características sexuales masculinas con repugnancia. Sin embargo, dado que los tratamientos han mejorado, las personas transexuales femenino-masculinas se presentan cada vez con más frecuencia en la práctica médica y psiquiátrica; aunque en las culturas occidentales su incidencia es cerca de un tercio de la transexualidad masculino-femenino.

El objetivo principal de los transexuales al buscar ayuda no es obtener un tratamiento psicológico, sino hormonas y/o cirugía para la reasignación de género (con confirmación del género o genital) que les den un aspecto físico acorde al de su identidad sexual. La combinación de psicoterapia, la reasignación hormonal, la experiencia de vivir al menos un año con el género de identificación y la cirugía de cambio de sexo puede curar el trastorno cuando éste es apropiadamente diagnosticado y los médicos siguen los estándares de atención para el tratamiento de los trastornos de la identidad sexual aceptados internacionalmente, que pueden obtenerse de la World Professional Association for Transgender Health (WPATH).

Aunque los pacientes con disforia de género ya no están obligados a tener psicoterapia antes de considerar los procedimientos de reasignación de sexo hormonales y quirúrgicos, los profesionales de la salud mental pueden hacer lo siguiente para ayudar a los pacientes a tomar decisiones:

• Evaluar y tratar los trastornos comórbidos (p. ej., la depresión, los trastornos por consumo de sustancias)

• Ayudar a los pacientes a lidiar con los efectos negativos de la estigmatización (p. ej., la desaprobación, la discriminación) • Ayudar a los pacientes a encontrar una expresión de género con la que se sientan bien

• Si corresponde, facilitar los cambios de roles de género, el proceso de declarar públicamente su identidad sexual y la transición

Transexualidad masculina-femenina

Hormonas feminizantes en dosis moderadas (p. ej., parches transdérmicos de estradiol en dosis de 0,1 a 0,15 mg por día) más electrólisis, logoterapia y otros tratamientos feminizantes pueden hacer que la adaptación al rol femenino sea más estable.

Las hormonas feminizantes tienen efectos muy beneficiosos en los síntomas de la disforia de género, a menudo antes de que haya cambios visibles en los rasgos sexuales secundarios (p. ej., crecimiento de pecho, disminución del crecimiento del vello facial y corporal, la redistribución de grasa en las caderas).

Las hormonas feminizantes, incluso sin apoyo psicológico o cirugía, es todo lo que algunos pacientes necesitan para sentirse suficientemente cómodas como mujer. Muchos transexuales masculino-femenino solicitan la cirugía de reasignación de sexo. La cirugía incluye extirpar el pene y los testículos y crear una vagina artificial.

Se conserva una parte del glande peniano como clítoris, que por lo general es sexualmente sensible y en la mayoría de los casos permite mantener la capacidad del orgasmo. La decisión de realizar una cirugía de reasignación de sexo a menudo plantea importantes problemas sociales para el paciente.

Muchos de ellos están casados y tienen hijos. Un padre o un esposo que cambia de sexo y de rol de género tendrá problemas importantes de adaptación en las relaciones íntimas y puede perder el amor de sus seres queridos en el proceso. En los estudios de seguimiento, esta cirugía ha ayudado a determinados transexuales a vivir más felices y llevar una vida más productiva y, por lo tanto, está justificada en aquellos casos muy motivados y correctamente evaluados y tratados que hayan vivido plenamente durante al menos 1 año en el rol del sexo contrario.

Algunos pacientes también realizan procedimientos quirúrgicos no genitales que afirman el género, como aumento del tamaño de las mamas, cirugías de feminización facial (p. ej., rinoplastia, estiramiento de cejas, cambios en la línea del cabello, reconfiguración de la mandíbula, rasurado del cartílago traqueal [reducción del cartílago laríngeo]) o cirugías de las cuerdas vocales para cambiar el tono de la voz También suele ser útil participar en grupos de apoyo, disponibles en la mayoría de las grandes ciudades o a través de Internet.

Transexualidad femenina-masculina

Las pacientes femenino-masculino a menudo solicitan inicialmente la mastectomía porque es difícil vivir en el rol masculino con una gran cantidad de tejido mamario; comprimirse las mamas a menudo dificulta la respiración. Luego, se puede realizar la histerectomía y la ooforectomía después de un período de hormonas androgénicas (p. ej., preparados de ésteres de testosterona de 300 a 400 mg IM cada 3 semanas o dosis equivalentes de parches o geles transdérmicos de andrógenos). Los preparados de testosterona profundizan la voz en forma permanente, inducen una distribución de músculo y grasa más masculina, inducen la clitoromegalia y promueven el crecimiento del vello facial y corporal.

Las pacientes pueden optar por uno de los siguientes:

• Un falo artificial (neofalo) que se forma a partir de piel trasplantada de la cara interna del antebrazo. pierna o abdomen (faloplastia)

• Un micropene que se forma a partir de tejido adiposo del monte de Venus y se coloca alrededor del clítoris hipertrofiado por testosterona (metoidioplastia) En cualquiera de los procedimientos, también suele realizarse escrotoplastia; los labios mayores se disecan para formar cavidades huecas con el fin de aproximar un escroto, y se insertan los implantes de testículos para llenar el neoescroto.

La cirugía puede ayudar a algunas pacientes a conseguir una mejor adaptación y satisfacción con su vida. Como sucede con los transexuales hombre-mujer, estas pacientes deben haber vivido con su rol masculino al menos durante 1 año antes de la derivación para la cirugía genital irreversible. Los resultados anatómicos de los procedimientos quirúrgicos para la confección de un neofalo no suelen ser tan satisfactorios en términos de función y de aspecto como los procedimientos para confeccionar una neovagina en los transexuales hombre-mujer, lo que posiblemente resulta en menos pedidos, comparativamente, de cirugías de cambio de genitales por parte de los transexuales mujer-hombre.

A medida que las técnicas para la faloplastia continúan mejorando, las solicitudes de faloplastia han aumentado. Las complicaciones son frecuentes, en especial en aquellos procedimientos que implican prolongar la uretra dentro del neofalo. Estas complicaciones pueden incluir infecciones urinarias, estenosis uretrales y flujo urinario desviado.

 

CUANDO LA ADOPCIÓN PARECE SER UN PROBLEMA

CUANDO LA ADOPCION PARECE SER UN PROBLEMA.

Tener un hijo es probablemente el hecho que más cambia la vida y el corazón de una persona. Cuando este hijo llega por adopción, la ilusión, el amor y la entrega es tan grande e importante como en cualquier caso de maternidad-paternidad. Sin embargo a veces aparecen dificultades inherentes al hecho de que estos niños no tienen una experiencia de vida con sus nuevas familias y sus padres tampoco la tienen como padres de ESTE hijo, que sin duda difiere del imaginado o fantaseado. No es ni peor ni mejor, es simplemente SU HIJO VERDADERO. No su hijo soñado, fantaseado perfecto e ideal. Es simplemente EL QUE TIENE QUE SER y por ello es PERFECTO.

Pueden aparecer pues algunas dificultades de este hecho, sumados a las mochilas previas de padres e hijos y la condición de abandono. Además de su bagaje emocional y el de sus padres. Por ello en mi experiencia profesional observo que existen posibles dificultades que se van a derivar de la adopción (de esa vida previa a la adopción y de la adaptación a esta nueva familia) en el terreno psicológico.

Entre otros podemos encontrar:

Problemas de Maduración y/o Aprendizaje.

En muchos casos la deprivación cultural, en otros la falta de experiencia previa de escolarización o socialización y en todos o casi todos el no haber estado previamente en una familia, con la falta de estimulación que eso supone, crea o produce los denominados problemas de desarrollo madurativo; que pueden o no terminar siendo problemas de aprendizaje (o déficit cognoscitivo acumulativo). Nos encontramos con ello cuando la edad madurativa del niño no coincide con la real. En las distintas áreas que se evalúan; Personal-social, adaptativa, motórica, comunicación y cognitiva, nos encontramos con dificultades provocadas por la falta de estimulación. Veámoslo por áreas.

Personal-social.

La interacción social, la expresión de sentimiento y afecto pueden estar evidentemente afectados por la falta de experiencia previa. Solo en sociedad aprendemos a estar en sociedad y son normalmente los padres, los que nos dan las pautas y las habilidades necesarias para el correcto desenvolvimiento en ella. Partimos de la base de la inexperiencia por falta de ensayo y error en el terreno social y la falta de padres que les den las normas necesarias. La expresión de afecto es deficiente en el momento en que nos falta a quien expresarlo y que no nos lo expresan a nosotros. Esas miradas de afecto, esas caricias primeras y posteriores, esas palabras expresándoles amor les han faltado durante algún tiempo o mucho tiempo en algunos casos.

No han estado en la mente de nadie el suficiente tiempo, por lo cual tienen una pobre estructuración mental. Sabemos que el aprendizaje vicario es fundamental en ello. En consecuencia el auto concepto se ve debilitado y la autoestima a la vez, ya que nadie les dice lo válidos, lo guapos y lo importante que son, al contrario de los hijos biológicos (en los casos normalizados) a los que, lo normal, es que se lo digamos desde su concepción y después desde su nacimiento. Por lo tanto si les falta la sociedad y sus relaciones, la expresión afectiva y su autoestima; entonces su rol social ¿cuál es?, ¿dónde encontrarlo?, ¿Cómo soy? ¿Qué soy para los demás?, ¿cómo debo comportarme? Son las preguntas que sin tener aún capacidad para hacérselas las sienten y las viven por tanto.

No debemos esperar entonces que sean niños que colaboren a la primera y que acaten normas, unas normas que no pueden tener interiorizadas.

Adaptativa.

La adaptación al medio supone una relación armónica con él, es además el ajuste de la atención, el sentimiento, la voluntad y hasta el pensamiento a un contenido. Hablamos también de la capacidad de adaptación a un nuevo país, casa y familia a veces. Pidiéndoles incluso habilidades de autoayuda como vestido, aseo y responsabilidad personal. Su propia definición nos alerta de lo duro que puede llegar a ser esto y que en consecuencia surjan dificultades en ello. Nadie les ha mostrado la armonía familiar, no tienen experiencia previa en el sentimiento de amor mutuo, no conocen nuestra casa, sus normas y pautas de convivencia ni a veces el país y sus formas, olores, clima etc....

El ejemplo muy típico pero ilustrativo, en el que nos imaginamos lo siguiente: “alguien llama a tu puerta y te sacan de tu casa, te llevan a un lugar lejano donde no entiendes lo que hablan, tienes demasiado frío o calor, la presión atmosférica es tan distinta que te duele la cabeza, hay demasiada gente nueva que espera que los abraces y beses; huele muy diferente y esa comida que te dan es tan diferente que no acostumbras tan fácilmente a tu paladar, aunque te estén dando el mejor salmón o caviar y el mejor champán francés. Y además, no consigues que entiendan lo que les hablas......”. algunos adoptados adultos que han comentado su experiencia adoptiva nos hablan de sentimiento de secuestro.

Después está el hecho de la autonomía, normalmente nos sorprende lo bien que hacen sus cosas solos. Se visten, lavan, recogen sus cosas, controlan pronto esfínteres.... ¡qué bien!, se podría pensar. Pero de pronto, a veces, la mayoría de las veces, dejan de hacerlo y quieren que nosotros los papás y educadores lo hagamos. Estas regresiones son normales y es que nunca han tenido a papá y mamá para hacérselo y ahora les gusta.

Nuestro consejo es que se lo permitan, que le demos eso que nos piden y no tuvieron, ya tendremos tiempo para enseñarles de nuevo a hacerlo otra vez, como cualquier padre hace al principio. Algunos padres nos dicen - ahora es más difícil hacerlo- , un buen truco es decirles que son grandes, se han hecho grandes con nosotros y nosotros con ellos; que ahora papá y mamá dedicarán ese tiempo a hacer cosas más divertidas juntos como jugar a sus juegos preferidos, se trata de ofrecer algo divertido, amoroso a cambio de un esfuerzo que ellos están haciendo.

Otra dificultad que nos encontramos son los déficit de atención. Es normal que aparezcan dificultades de atención ante tanto estímulo nuevo que atender. Esta dificultad irá cediendo con la experiencia repetida que demandan con estos estímulos. Si haces una construcción con cubos; querrán repetirla cien veces y aún más, de forma que el resto de cosas parecen desaparecer. Poco a poco centraran un foco más amplio de atención y tendrán más capacidad de atención, aunque como veremos; estas dificultades atencionales, pueden permanecer.

Comunicación.

Por el mismo motivo expuesto de falta de experiencia, el lenguaje encuentra dificultades. Tanto la comprensión como la expresión pueden estar temporalmente limitadas. Encontrando entonces un pensamiento que no puede expresarse en ideas, pues hay falta de lenguaje actual o dificultades en la comprensión. Debemos entender entonces que las formas de expresión lleguen a ser excesivas, rozando la euforia o la cólera según el contenido emocional de este. La rabia suele ser fruto de la frustración que provoca el no poder expresarse. A esto añadimos la diferencia de idioma si es el caso. Pero no suele haber muchos problemas en este sentido que el tiempo no cure y es que suelen ser “esponjitas” para aprender el nuevo idioma.

Aunque a veces pueden quedar dificultades en el lenguaje derivadas de estas limitaciones. Además debemos diferenciar entre el lenguaje funcional, ese que requiere la comunicación para el día a día y el lenguaje cognitivo, ese que se requiere en el aprendizaje formal. Es este segundo el que puede permanecer con dificultades.

Área Motora.

En casos de niños institucionalizados la falta de movimiento, al ser muchos y ser pocos los cuidadores hacen que existan dificultades en la motricidad gruesa y fina. Además en casos de niños más mayorcitos que no han acudido a la escuela pueden aparecer dificultades en la motricidad perceptiva. Pero si no existen anomalías añadidas, la reeducación de estas destrezas suele ser positiva.

Área Cognitiva

De nuevo debemos referirnos a la falta de estimulación. Esto hace que tengan deficiencias en la percepción, la memoria, el razonamiento, el desarrollo conceptual y las habilidades propiamente escolares. Normalmente cuando estimulamos estas destrezas el resultado suele ser positivo, si no existe otro condicionante de tipo intelectual, neurológico, conductual o emocional. Cuando estos problemas de tipo madurativo se mantienen a lo largo del tiempo y no se corrigen del todo con la terapia, pueden convertirse en:

Dificultades en el aprendizaje.

Estas dificultades no tienen por qué llevar implícito un mal funcionamiento intelectual, aunque pueden llevarlos. Estas dificultades se centran en una dificultad mantenida a la hora de adquirir nuevos aprendizajes que se corresponden normalmente a aquellos de tipo predominantemente académicos.

El resultado o la consecuencia es que les cuesta llevar el ritmo de aprendizaje escolar normalizado. Sus adquisiciones de los contenidos escolares son más lentas y tienen continuos retrocesos en lo aprendido. Muchas veces estas dificultades aparecen junto a unas capacidades intelectuales medias o incluso en ocasiones superiores a la media. Existe entonces un bloqueo cognitivo que normalmente, en los casos que nos ocupan, suelen tener como trasfondo un bloqueo de tipo emocional.

Ante esto nuestro trabajo se centra además de atender a las demandas cognitivas, intelectuales o curriculares que nos está presentando el niño/a; atender a las demandas emocionales y paliar en la medida de lo posible las consecuencias que las carencias emocionales sufridas han dejado en el niño. Es fundamental la constancia, la paciencia y el cariño en forma de aliento constante; dejándolos expresar a su forma, la rabia contenida o la tristeza íntima que pueden aparecer.

Hiperactividad o TDAH

Es muy común que al acudir con nuestros niños al pediatra, en plena fase de adaptación, este nos diga que el niño es hiperactivo. Normalmente solemos tranquilizar a los padres comentando que es una pauta habitual durante la fase de adaptación. Sin embargo hemos observado que tras este periodo lógico de adaptación, en algunas ocasiones, continúan estas dificultades. Siendo este problema, el TDAH, el más asociado a la adopción cuando se hablan de dificultades que presentan o pueden presentar los niños adoptados.

Estamos totalmente en desacuerdo con este diagnóstico sin que exista un trasfondo neurológico en tal dificultad. Aún así previamente definimos brevemente esta dificultad. El TDAH es uno de los trastornos neuroconductuales más comunes diagnosticados en la infancia, el cual puede perdurar hasta la edad adulta. En la actualidad no se conocen las causas. Una persona con el TDAH experimenta un nivel crónico de falta de atención, hiperactividad e impulsividad, o todas las conductas, lo cual compromete seriamente su funcionamiento diario.

Los síntomas de este trastorno deben presentarse a niveles por encima de los esperados para la etapa de desarrollo de una persona y deben interferir en la habilidad de esa persona para funcionar en diferentes ambientes (p. ej., en la escuela y en la casa). No se diagnostica hasta los 6 años de edad. Es probable que una persona con el TDAH tenga problemas en diferentes áreas de su vida, como por ejemplo en sus relaciones con la familia y otras personas de su misma edad, y en su rendimiento escolar y laboral.

Se han establecido tres tipos de TDAH según el nivel de los síntomas que experimenta el individuo.

1. Predominantemente inatento. Es difícil para el individuo organizar o terminar una tarea, prestar atención a los detalles, o seguir instrucciones o una conversación. La persona afectada se distrae fácilmente u olvida los detalles de las rutinas diarias.

2. Predominantemente hiperactivo-impulsivo. La persona se muestra inquieta y habla mucho. Le es difícil permanecer tranquila por mucho tiempo (p. ej., para comer o para realizar un trabajo). Los niños más pequeños tienden a correr, saltar o trepar constantemente. El individuo se muestra impaciente y tiene problemas de impulsividad. Cuando una persona es impulsiva, puede que interrumpa mucho a los demás, le quite cosas a otra persona o hable en momentos inoportunos. Se le dificulta esperar su turno u oír instrucciones. Una persona impulsiva puede tener más accidentes y lesiones que otras

3. Combinado. La persona afectada experimenta los síntomas de los tipos anteriores por igual. Muchas de las dificultades pueden explicarse por falta de aprendizaje e interiorización de normas de nuestros niños, pero cuando permanecen más allá de un periodo lógico normal, debemos intentar corregirlas con terapia.

De cualquier forma al existir unas causas de tipo psicosocial (como la institucionalización) podemos hablar de sintomatología o comportamiento de tipo hiperactivo, impulsivo o desatento; no debemos diagnosticar el trastorno. Así hablamos de que nuestro niño funcionalmente presenta un TDAH; esto significa que está funcionando conductualmente así, sin etiquetar con el trastorno; ya que desde nuestra opinión debemos darle mucho tiempo, incluso años y puede llegar a producirse el cambio; mientras que una persona neurológicamente Hiperactiva lo tendrá más complicado.

Se trata simplemente de pararse a pensar cómo se siente un niño abandonado, que pasa por varios abandonos hasta llegar a su nueva familia, ¿qué piensa? ¿Que siente? …. El cuerpo simplemente expresa y a veces se expresa con estos síntomas…. TIEMPO AL TIEMPO…

Problemas de Lenguaje

En ocasiones se observan dificultades específicas en el lenguaje de tipo disléxico, disortográfico; además de problemas a niveles sintáctico, semánticos y pragmáticos. Es común ver niños y niñas ya mayorcitos; que llevan mucho tiempo en su familia adoptiva y aún les cuesta expresarse. Su sintaxis es dificultosa y la expresión verbal deficiente.

Observamos además que estas dificultades aumentan cuando nos centramos en un discurso de tipo emocional, cuando habla de sus preocupaciones o emociones y sentimientos. Creemos, en el caso de adopciones internacionales y niños que se han adoptado más allá de los tres o cuatro años, que al ser niños cuya lengua materna dista mucho de la nuestra en gramática y estructura; su pensamiento elaborado mediante el lenguaje mezcla o confunde ambas estructuras, la del lenguaje de origen y el posterior.

En estos casos se trabaja logopedia a nivel lingüístico: estructuración de frases, gramática, expresión oral y escrita. Se trabaja de forma similar a la que trabajamos con niños disléxicos o que presentan Disortografia. Es decir, se trabaja como en los casos de problemas específicos en la lecto-escritura. Sin dejar de atender el trasfondo emocional que pueda existir.

Problemas de Alimentación o Sueño

Es otra de las demandas en consulta que más presentan los padres. Sus hijos no comen bien o duermen muy poco. En la literatura sobre adopción hay bastante escrito al respecto. La adaptación de los niños más pequeños suele resentirse en esto, ya que el sueño y la comida son las formas más primitivas que tienen para informarnos de lo que están viviendo. Lo normal es que cuando el niño establece un apego seguro con sus padres y entienda la incondicionalidad de esta familia y que es ya definitiva para él, vayan cediendo estas dificultades.

Teniendo siempre en cuenta que para ello es fundamental establecer una adecuada parentalidad. Los expertos en el tema nos hablan de padres-terapeutas. A veces se mantienen a lo largo del tiempo y en estos casos está relacionada con la ansiedad excesiva que manifiestan los padres por ello. Los niños observan un punto débil en sus padres, unos padres que han dado prioridad a la salud física de sus hijos, que no consiguen reponerse en ocasiones del impacto inicial ante la primera visión de su hijo, en ocasiones desnutrido o con miedo a dormir.

En estos casos el mantenimiento de la conducta es una clara necesidad de atención, porque saben que sus padres les atienden en estas circunstancias en las que no duermen o se niegan a comer. En estos momentos “papá y mamá están conmigo todo el tiempo y no se mueven de mi lado” es el pensamiento o la vivencia de estas situaciones. Fruto de un profundo sentir, un trauma de abandono que los expone a un miedo intenso a estar solos. NOS NECESITAN. NECESITAN NUESTRA PERMANENCIA.

Y como sabemos en un periodo de su vida, han tenido que comer y dormir sin nadie que los mimara y vigilara su sueño o alegrara su comida, con la indefensión y soledad que esto puede provocar. Además si me duermo, ¿estarán de nuevo cuando despierte? O ¿quizás despierte de nuevo en el orfanato?; estos son los pensamientos mágicos que pueden aparecer temporalmente. Es por ello lógico que ahora quiera recuperar el tiempo perdido.

Es importante pasar tiempo con ellos en otro tipo de actividades lúdicas, cachorrear con ellos en otros momentos de tranquilidad y sosiego familiar y tomar la alimentación y sueño como un hábito donde nuestro tono emocional sea en todo momento neutro y donde le demos unas claras pautas conductuales que NO LOS SOBREPASEN. POCO A POCO.

Problemas Emocionales o Psicoafectivos

Es lógico que surjan problemas de este tipo, que suelen aparecer más en la pre adolescencia y adolescencia. Son problemas derivados del abandono, identidad, pérdida o una inadecuada imagen emocional que mantienen de su familia biológica.

En este sentido es común en los adolescentes sentirse rechazados y abandonados por todos y proyectar este primer abandono en sus posteriores relaciones. El motivo es que interiorizan que fueron abandonados o rechazados porque no eran válidos. Estos problemas de autoestima se arrastrarán si no se hace una correcta elaboración de su abandono y el sentimiento de rechazo y desamparo los acompañará en sus vidas y las relaciones que establecen.

Es por ello que debemos trabajar las dificultades respecto a su identidad que les surjan. Ya desde pequeños deben tener claro que son adoptados y en consecuencia tuvieron unos padres biológicos anteriores. Si basamos una relación en mentiras y ocultamos información generamos desconfianza y baja autoestima, ya que “si me lo han ocultado es porque es malo” o “si me han mentido no puedo confiar en ellos”; son pensamientos que pueden acudir a su mente. Igualmente son diferentes (raza, aspecto….) y hay que trabajar esa diferencia.

Trabajar la integración y aceptación de la diferencia. Responder a sus preguntas de forma coherente y lógica, atendiendo a la información real que tenemos es importante. Es primordial no fantasear ni dar datos que no tenemos por endulzarles la realidad, ya que se formarán una imagen irreal de su adopción y pueden crear mentalmente unos padres mágicos y paralelos dotados de todas las cualidades que ellos querrían, que no existen.

Si existen diferencias étnicas o culturales en su origen también debemos trabajarlas, pues no debemos olvidarnos que ante el espejo es negro, indio o chino y que la sociedad ve eso, además de un niño adoptado. Mientras más interiorice su imagen física y la integre a su persona, a su familia y a su entorno; y esta diferencia esté presente también en nuestras vidas, siendo valorada por nosotros los padres y profesionales que trabajamos con ellos; mejor interiorización tendrán de éstas y en definitiva de ellos mismos. Del hecho de ser una china en España, una india en Barcelona o un negro en Sevilla.

La revelación es algo que debemos encauzar desde el principio. Debemos mantener vivo el hecho de que son adoptados y que tienen una historia previa a nuestro encuentro con ellos. Si hablamos de niños muy pequeños podemos elaborar un cuento con su historia y elegir un momento agradable del día, de complicidad para transmitirlo.

Después debemos hablar de las diferentes familias que existen y de que todas las personas han estado en un útero (una barriguita según la edad) pero a veces las familias se configuran sin que esa primera persona, sea la madre o el padre con los que compartimos la vida. Siempre, nos obstante, serán sus padres biológicos. Sus primeros padres, ellos llegaron primero y deben ser honrados y respetados.

Por ejemplo, contarles que una persona los tuvo en la barriga y después papá y mamá fueron a recogerlo para cuidarlo, porque esa persona no podía cuidar a un bebé. Más tarde, podemos hablar de la mamá y papá biológicos que nos ayudaron a que formemos la familia que somos y por último hablar del término adopción legal y burocrática. A cada edad y maduración emocional del niño debemos adaptar nuestras versiones del proceso adoptivo, pero siempre debemos hablar de él.

Otra cuestión importante es tener una imagen positiva de la familia de origen, pues esta es la que vamos a transmitirles. No debemos olvidar que provienen de ellos y tienen cosas en común. Si odiamos o no nos reconciliamos con su familia de origen, tampoco lo harán ellos; en consecuencia, tampoco se reconciliarán con esa parte de sí mismos.

Por último comentar que todo abandono pasa por un duelo tarde o temprano. La adopción se basa en algo trágico que es un abandono o un rechazo y esto no podemos ocultarlo o taparlo, sino elaborarlo y trabajarlo. Antes o más tarde toda persona adoptada se enfrentará a este hecho y es nuestra labor de padres y profesionales estar ahí y ayudar a la persona, compartir su historia. La empatía emocional en este proceso es fundamental. Yo hablaría de tres términos fundamentales en este punto que nos ocupa: verdad, unión y amor.

Dificultades en relación con la edad del menor y país de procedencia.

Es tradicional leer o trasmitir desde los profesionales que forman a los padres adoptivos, que la edad y el país de procedencia del menor no son importantes o no suponen factores de riesgo, nuestra experiencia no es esta. Comenzando por la edad, comentar que existen dificultades de adaptación a cualquier edad pero la dificultad difiere. Cuando hablamos de dificultad hablamos desde las dos direcciones, no solo puede costar la adaptación del niño a sus padres sino al contrario también.

En el caso de los bebés los problemas de adaptación suelen estar más relacionados con los hábitos. Manifestando más dificultad en la alimentación o el sueño. También pueden aparecer más manifestaciones de tipo somático; expresando su malestar a través del cuerpo. En ausencia de un lenguaje estructurado aun, el cuerpo habla. Otras veces aparecen reacciones conductuales como irritabilidad, llantos o apatía. Es importante adaptarse a los horarios del bebé o a la forma en que los alimentaban, aseaban, dormían etc...

En el caso de niños mayores (cuatro o cinco años en adelante) dependerá mucho la adaptación de su historia previa, los vínculos afectivos o no que establecieran antes, la educación recibida etc.... El factor positivo en la adaptación de estos niños es que pueden tener claro el hecho de querer tener una familia. Al principio suelen intentar no alterar o disgustar a su ambiente “ser buenos” para no ser rechazados; no siendo ellos mismos, este es otro tema a trabajar porque lo más sano es que lo antes posible se permitan ser ellos mismos.

Algunas dificultades conductuales son necesarias ya que necesitan “poner a prueba” y saber hasta dónde pueden llegar. Necesitan saber hasta dónde estamos dispuestos a llegar por ellos y sentir la incondicionalidad del amor que vamos a brindarles. Pero para ser realistas y hacer honor a la verdad debemos decir que el sufrimiento del pequeño será menos en tanto en cuanto tiene menos vivencias de abandono, maltrato en ocasiones o soledad. Es decir cuanto antes establezca lazos afectivos fuertes y un apego estable, menos consecuencias emocionales surgirán el futuro.

Es importante apreciar el peso de esa mochila, mientras menos carga negativa tenga (da menos tiempo a cargarla si están menos tiempo institucionalizados) menos pesa y más liviana es la marcha ante la futura vida.

Finalmente resaltar que no todos los niños tienen que sufrir los mismos problemas de adaptación y que éstos a veces se superan con normalidad y sin dejar huellas. Por otro lado hay que sumar las posibles dificultades de adaptación que encuentren los padres. Su propia mochila, su propia forma de ser, sus expectativas que pueden o no ser cubiertas y eso desencadenar dificultades, sus propias contradicciones etc…

Los padres deberían revisar en ellos mismos estas cuestiones, analizarlas y trabajarlas si es necesario con el objetivo de no añadir o añadir lo menos posible al proceso de adaptación. Es importante no cargar excesivamente en esto al adoptado. Es común ver la dificultad y lo negativo en el adoptado y no analizar y mirar la posible parte del adoptante.

En cuanto al país de origen podemos hablar de los siguientes tipos de adopciones y países:

 Adopciones nacionales. NO TIENEN PORQUE APARECER DIFICULTADES PERO LO QUE NOS HEMOS ENCONTRADO EN EL CASO DE APARECER ES: están condicionadas normalmente por factores de tipo sociales; drogas, alcoholismo, delincuencia, maltrato u otras que provoquen la retirada del menor. Las principales dificultades se relacionan con estos factores y por tanto provocan dificultades conductuales y/o emocionales. Por descontado no todos los casos de adopciones nacionales son iguales.

 Adopciones internacionales. NO TIENEN PORQUE APARECER PROBLEMAS O DIFICULTADES PERO LO QUE NOS HEMOS ENCONTRADO EN EL CASO DE APARECER ES: Suelen ser más numerosas los casos de niños provenientes de Sudamérica (Colombia, Brasil, Perú), países de Europa del este (Rusia, Rumania, Bulgaria) y países asiáticos (China, India, Vietnam…)

En el caso de niños de procedencia sudamericana lo más común es que existan problemas de deprivación cultural. Son niños que no se han escolarizado y no han sido estimulados cognitivamente. Con lo cual los problemas más frecuentes son retrasos madurativos o problemas de aprendizaje. También es bastante común el déficit atencional acompañado, aunque en menor grado de hiperactividad o impulsividad en el estilo cognitivo. El resultado de la terapia en estos casos suele ser positivo. Siempre que no haya dificultades más severas como abusos, maltratos, negligencias severas etc…

En el caso de los países del este de Europa, en los informes de asignación ya suelen aparecer el término Retraso Madurativo del Desarrollo. Ya en España nos encontramos, en algunas ocasiones, con niños que han estado en orfanatos con unas condiciones muy desfavorables. Sumamos a esto el ser una población más fría en carácter y emotividad; en consecuencia son niños más faltos de afecto.

Un tercer factor de riesgo es el físico; suelen ser poblaciones con un alto grado de alcoholismo genético u otras adiciones; y estos niños suelen proceder de abandonos en ambientes desfavorecidos socialmente. Sumamos entonces embarazos de riesgo en la salud, institucionalizaciones más desfavorables, un ambiente afectivo más pobre (deprivación emocional) y el resultado es a veces muy negativo.

En estos casos nos podemos llegar a encontrar niños donde el retraso madurativo es el factor menos condicionante en la terapia, son niños con los denominados SAF (síndrome alcohólico fetal) o TEAF (Trastornos del espectro alcohólico fetal).

En los casos más severos sintomatología autística, con los denominados TEA (trastornos del espectro autista), con componentes psicóticos en su conducta. Aparecen una ruptura con la realidad y permanecen mucho tiempo evadidos, aparecen alucinaciones, estereotipias etc... La realidad ha llegado a ser tan cruda en sus vidas que prefieren vivir en otra alternativa que se han montado interiormente.

En todos los casos y dependiendo de la elaboración del abandono, el tratamiento de su identidad o transmisión de los orígenes culturales por parte de su familia, pueden o no derivar en problemas emocionales.

Éstos no están vinculados en absoluto a su lugar de procedencia sino al propio proceso de búsqueda de identidad. Muchas veces no tienen antecedentes biológicos, es decir son desconocidos, desconectados de su ascendencia genética, viviendo en un país del que no provienen e incluye muchas veces diferencia étnica, es difícil para ellos la aceptación de la perdida y la elaboración de su identidad, entrando en crisis personal.

Nuestro legado como padres adoptivos es una adecuada educación emocional que de salida a sus necesidades. Es estar ahí, permanencia, constancia y presencia. Acompañamiento en sus zonas sensibles; en las que todo lo referente a la adopción suele serlo. Apoyar, atender, aceptarlo incondicionalmente (son como son y en muchas ocasiones no lo que podemos “desear” que sean) entender sus crisis, dar salida a su enojo, facilitad su necesidad de saber, su necesidad de buscar, comprender y AMAR incondicionalmente. Cuando somos capaces de ver su esencia, comprendemos que ésta es siempre hermosa. Cuando podemos agradecer tenerlos al lado, a pesar de todo se nos abre un mundo de ternura y amor desconocidos hasta ese momento que simplemente hace que pronunciemos esa frase de “por supuesto que vale la pena” ante esa pregunta que tanto nos hacen como padres adoptantes.

 

Laura Silva Vargas.

Madre adoptante y psicóloga

AKRO, treinta años de aprendizaje en apuesta por la multidisciplinariedad

Psicología Infantil y Adolescente por y para la diferencia (Ver video)

 

“Lo más elevado, el punto más alto, cumbre”, este es el significado de la raíz griega, AKRO, nombre con el que se fundó el gabinete de psicología infantil y adolescente que dirige Myriam Ostos Osuna, y que actualmente se ubica en la zona de Nervión - Gran Plaza. Tras dicho nombre encontramos treinta años de vocación y de trabajo constante desde el campo de la psicología para lograr el fortalecimiento de los lazos entre las propias familias, así como con los centros educativos. Todo ello, en colaboración con otros profesionales apostando por un avance multidisciplinar, en el que aúna hoy también, el campo de las terapias holísticas para continuar en el propósito final de este centro que es alcanzar siempre una mejor salud emocional.

S.S.R

AKRO es un sueño de infancia de la que hoy es su directora, Myriam Ostos Osuna, quien logró hacerlo realidad hace tres décadas cuando concretó este proyecto del que han formado parte cientos de familias en estos años.

Así recuerda, que la semilla de lo que hoy es AKRO empezó a germinar en ella durante su infancia a una edad bastante temprana y sin siquiera ser consciente de ello. “Desde muy pequeña sabía que me gustaban los niños, jugar, cuidar y desenvolverme en ese mundo me hacía sentir bien”, relata Myriam. Una experiencia familiar es la que le llevó como ella expresa a “saber y sentir qué era eso de ser diferente en este mundo tan digamos perfecto y en el que salirse de la norma establecida era difícil”. Es a partir de ello, cuando Myriam empieza “a vivir por y para esa diferencia”.

Todo ello hizo que llegado el momento de elegir a qué dedicarse, Myriam, tuviera claro “la ayuda humana con niños”, lo que le llevó a buscar estudios a través de los que poder hacerlo y que descubriera la Psicología. “Desde entonces hasta ahora no he dejado de dedicarme por completo a esta labor, y esto se convirtió en un propósito de vida tanto personal como profesional”, explica.

“Una experiencia familiar me hizo saber y sentir

qué era eso de ser diferente en este mundo, en

el que salirse de la norma establecida era difícil.

   Y empecé a vivir por y para esa diferencia”

 

ORÍGEN DE AKRO Y SUS BASES

“Treinta años de recorrido en el terreno de la psicología ha sido una constante evolución y aprendizaje”, expresa. Este recorrido comienza cinco años antes como estudiante de psicología en la Universidad de Sevilla. En este tiempo sus inquietudes por aprender le llevaron a descubrir una metodología que como ella misma manifiesta, “era a la vez una forma de ver la vida, que me abrió la mente de cómo se podía ser humano desde lo profesional”.

Impulsada por ello, Myriam entra en contacto con un centro conformado por profesionales y doctores en Barcelona, donde comienza a formarse y realizar prácticas al tiempo que sigue sus estudios de psicología. “Ellos fueron mis maestros, me enseñaron cómo desde el amor se podría trabajar con patologías del desarrollo y conseguir resultados maravillosos, siendo pioneros en la forma de abordar el trabajo con los niños en aquellos entonces”, expresa con tono emotivo.

Este equipo de profesionales al que se refiere Myriam pensaba que el desarrollo se llevaba a cabo de una forma global, pero que sin embargo, los problemas específicos (lenguaje, psicomotricidad, etc.) están acompañados de múltiples circunstancias (familiares, genéticas, escolares, etc.), que hacen en sí el trastorno que el niño presenta. Por ello, apostaban por un abordaje multidisciplinar de dicho problema. “Así surgió la idea de AKRO como equipo multidisciplinar, donde se pudiera abordar la problemática del niño y adolescente desde todos los ámbitos implicados”, concreta Myriam.

“Me enseñaron cómo desde el amor  

         se podría trabajar con patologías del desarrollo

   y conseguir resultados maravillosos”

 

Desde este centro de Barcelona, se asentaron muchas de las bases que posteriormente Myriam trasladó a AKRO, también desde este equipo de profesionales empezó la apuesta por la inclusión del niño distinto dentro de la sociedad (colegio, familia, grupos de amigos, etc.), “donde todos tenemos nuestro sitio”, como apunta Myriam. Así pues, este equipo luchó en la década de los 80 por la integración del niño distinto y consiguieron ser escuchados, surgiendo a raíz de sus trabajos la propuesta de ley para la integración.

En este contexto y con estas raíces, nace AKRO, que pronto empezó a crecer y fue pasando por distintas etapas de evolución en las que se fue incluyendo nuevas y más avanzadas técnicas terapéuticas, al tiempo que algunas otras iban desapareciendo, aunque siempre habiendo dejado su legado previo de aprendizaje en el equipo.

Tal como explica su directora, “AKRO siempre se ha caracterizado por ser pionero en su trabajo aquí en Sevilla, desde ser un equipo multidisciplinar, cuando no existían, pasando por usar técnicas entonces novedosas como la Metodología de Glen Doman en directos con niños diagnosticados y tratados desde Filadelfia por él, siguiendo con terapias alternativas como las flores de Bach, y actualmente apostando por la inclusión de las terapias holísticas (reiki, sanación cuántica, cósmica, etc.) junto a la Casa de la Luz Omihara”.

 
AKRO, treinta años de aprendizaje en apuesta por la multidisciplinariedad