Gabinete Akro - Psicología Infantil y Adolescente

Inteligencia Emocional

INTELIGENCIA EMOCIONAL

ESTA SEMANA NOS APETECE HABLAR DE LA EDUCACION EMOCIONAL. YA QUE DENTRO DE NUESTRA OFERTA PSICO-EDUCATIVA ESTE CURSO IFRECEREMOS TALLERES DE INTELIGENCIA EMOCIONAL Y EDUCACION EMOCIONAL PARA FAMILIAS.  

 

La inteligencia emocional del niño, parte en primerísima instancia de la educación emocional que hacen las familias. Para ello queremos dotar a las familias de las herramientas necesarias para llevarla a cabo.

 

Definimos la Inteligencia Emocional como “la percepción, el uso, la comprensión y la regulación de las emociones, tanto propias como las de los demás”. Para nosotros se trata pues de  “Capacitar a los alumnos de conocimientos y competencias emocionales que les permitan afrontar la vida con  éxito y aumentar su bienestar.

 

Se trata pues de la capacidad de movilizar adecuadamente un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia”. (Rafael Bisquerra, 2007).

 

Existen ciertas características del concepto de competencia emocional:

 

Es aplicable a las personas (de manera individual o grupal).

Incluye unos conocimientos -“saberes”-, unas habilidades, “saber hacer”- y unas actitudes o conductas, -“saber estar” y “saber ser”- integrados entre sí.

Incluye las capacidades informales y de procedimiento, además de las formales.

Es indisociable de la noción de desarrollo y de aprendizaje continuo, unido a la experiencia.

Constituye un potencial o capital de actuación vinculado a la capacidad de movilizarse o ponerse en acción.

Se inscribe en un contexto determinado que posee unos referentes de eficacia y que cuestiona su transferibilidad.

 

Podemos distinguir entre competencias intrapersonales y competencias interpersonales. A su vez, las primeras están formadas por: conciencia emocional, regulación emocional y autonomía personal; y las segundas por: competencia social y habilidades de vida y bienestar.

 

Hoy hablaremos de las tres primeras: conciencia emocional, regulación emocional y autonomía personal.

 

La consciencia emocional es la capacidad para tomar conciencia de las emociones y sentimientos propios y ajenos, sus competencias específicas son:

 

Toma de conciencia de las propias emociones.

Dar nombre a las propias emociones.

Comprensión de las emociones de los demás.

 

Es también muy importante la capacidad para percibir con precisión las emociones y perspectivas de los demás y de implicarse empáticamente en sus vivencias emocionales. Para comprender las emociones de los demás es necesario:

 

Aceptar que los demás tienen tanto derecho como yo a sentirlas.

Si se considera oportuno, expresar lo que se percibe que les ocurre emocionalmente.

Compartir con el otro su emoción y ofrecerle comprensión, apoyo o ayuda.

Si la emoción percibida es un tanto adversa o negativa, cuidar la relación evitando provocarla o activarla más.

Facilitar la comunicación asertiva.

 

La identificación en los demás permite por un lado, etiquetar con un vocabulario emocional y, por otro, captar el contexto y el clima emocionales, tan importantes tanto para comprender como para facilitar la comunicación.

 

La regulación emocional es el conjunto de habilidades que permiten la gestión y canalización saludable de las emociones en función de mis objetivos personales. Las emociones nos predisponen a la acción; en algunas situaciones esa respuesta puede

ser regulada o no regulada:

 

El proceso emocional no regulado

 

1. Pensamiento automático.

2. Emoción irregulada.

3. Cambio fisiológico.

4. Conducta alterada:

Pasiva.

Agresiva.

 

El proceso emocional regulado

1. Pensamiento reflexivo.

2. Identificación de la emoción específica.

3. Control de los cambios fisiológicos.

4. Conducta asertiva.

 

Las competencias específicas de la regulación emocional  son:

 

• Tener conciencia de la interacción entre emoción, cognición y comportamiento

• Expresión emocional.

• Regulación emocional.

• Afrontamiento.

Autogenerar emociones positivas.

 

Para ello necesitamos contar con ciertas actitudes:

 

Preparación mental, física y emocional para el cambio emocional.

Aprender a relajarnos a través del cuerpo, la mente, la visualización y las autoafirmaciones que nos dirigimos.

Desaprender hábitos de reacción y conducta, y aprender hábitos más saludables.

 
 

Los beneficios que nos reporta la regulación serán un mayor autocontrol, confianza y seguridad en uno mismo, más apertura exterior y atrevimiento y prevención de salud.

 

La autonomía emocional es la competencia emocional que nos permite ser y sentirnos dueños y responsables de nuestros pensamientos, emociones y comportamientos, así como de estar auto motivados ante la vida.

 

Sus competencias específicas son:

 

1. Autoestima.

2. Automotivación

3. Actitud positiva.

4. Responsabilidad.

5. Autoeficacia emocional

6. Análisis crítico de normas sociales.

7. La resiliencia.

 

ESTE ES NUESTRO PRIMER APERITIVO DE LO QUE ESPERAMOS SEA UN TALLER PARA EL ENCUENTRO EMOCIONAL DE FAMILIAS.