Gabinete Akro - Psicología Infantil y Adolescente

Actividades lúdicas para continuar el entrenamiento con niños con TDAH en verano

NOS HA PARECIDO MUY INTERESANTE ESTA PROPUESTA DE UNA COLEGA PARA EL VERANO Y LOS NIÑOS.

El verano es un periodo de descanso y disfrute para los niños con sus familias. Pasar más tiempo juntos y los cambios en las rutinas son aspectos inherentes a los periodos vacacionales, pero, como ya hemos sugerido en anteriores artículos, no es recomendable que durante este periodo se produzca una desconexión total de las rutinas, aprendizajes y entrenamientos realizados durante el resto del año.

En el caso de los niños con TDAH es muy importante dar continuidad al trabajo que realizan con sus terapeutas. Seguir reforzando aquellos aspectos en los que presentan más dificultades desde un enfoque lúdico y aprovechando, por ejemplo, los contextos propios del verano como son la playa o la piscina. El medio acuático es muy atractivo para la mayoría de los niños y es un contexto en el que, sin que lo tomen como una tarea, se pueden realizar actividades que potencien el cumplimiento de ciertas normas y la capacidad de concentración en la realización de dicha actividad. Contando con materiales baratos y sencillos como aros flotantes, balones, churros de espuma, artículos lastrados para poner en el fondo de la piscina, etc. se pueden proponer a los niños diferentes dinámicas en la piscina que ayudarán a continuar con el entrenamiento de las funciones ejecutivas (atención, concentración y control inhibitorio) así como los aspectos conductuales relacionados con el cumplimiento de normas.

Utilizando aros flotantes se pueden realizar actividades de seguimiento de instrucciones. Por ejemplo, disponiendo los aros en diferentes partes de la piscina y, ante una señal, los niños deben recoger el aro del color que se le indique. También se pueden poner los aros de diferentes colores en una barra sujetada por el adulto y adjudicar a cada color un número que el niño deba recordar. Cuando el adulto diga un número el niño tiene que saltar desde el borde de la piscina e intentar coger el aro que corresponda.

Los balones son un material muy versátil para diferentes juegos en los que, mediante la memorización de claves numéricas o palabras, haya que realizar diferentes acciones previamente fijadas por el adulto tanto dentro del agua como desde fuera de la piscina. Se podría realizar un `Simón` en el que además se trabaje el control inhibitorio, ya que las acciones, previamente fijadas, a realizar sólo deben ejecutarse cuando se diga `Simón dice`.

Con los churros de espuma, que se utilizan para enseñar a nadar a los más pequeños, se pueden establecer actividades de salto desde el borde de la piscina en el que los niños tengan que evitar tocarlos o todo lo contrario. O saltar o no hacerlo a la piscina dependiendo de lo establecido previamente. En este caso, proponemos seguir las pautas de las actividades de formato `Go - No go` dirigidas a fomentar la inhibición y flexibilidad: por ejemplo, si se dice `rojo` hay que tocar todos los churros menos el rojo (o sólo el de ese color) o si el adulto dice `saltar` haya que permanecer en el borde y no saltar a la piscina.

En muchos establecimientos comerciales podemos encontrar materiales lastrados especiales para actividades y juegos en el agua, pero también se pueden fabricar juntos, en familia, realizando así una actividad de manualidades previa al juego acuático. Para ello pueden aprovecharse, por ejemplo, aquellos días en los que no se pueda acudir a la piscina. Utilizando diversos materiales como botellas, latas o recipientes, podemos rellenarlos (para que no floten) con líquidos coloreados, arena, arroz, etc. y después decorarlos al gusto de los niños. Con estos elementos se pueden realizar actividades de rastreo según unas claves dadas previamente y rutinas de seguimiento de instrucciones.

La idiosincrasia propia del contexto de la playa hace que las actividades que se pueden desarrollar en el mar sean diferentes a las de la piscina. En este medio se pueden realizar actividades de deslizamiento y flotación que, además de resultarles motivantes y divertidas, también fomentan aspectos psicomotrices como la propiocepción, conciencia corporal y coordinación. En este sentido se pueden adaptar las ideas que hemos descrito para la piscina y, además, aprovechar el oleaje para que las sensaciones propioceptivas y relajantes adquieran mayor relevancia.

Tanto en la playa como en la piscina podemos trabajar actividades de percepción para continuar entrenando la memoria de trabajo. Podemos pedirles que observen un trozo de playa o piscina durante unos minutos y más tarde, realizarles preguntas sin que estén mirando.

Por otro lado, existen actividades que no requieren de un contexto específico para desarrollarlos y que se pueden llevar a cabo durante las rutinas diarias de la familia. Como ya hemos señalado en artículos anteriores, se puede llevar a cabo un entrenamiento de las funciones ejecutivas de forma lúdica e informal desde el ámbito familiar, sólo hace falta ponerle un poco de imaginación a las actividades diarias y al tiempo que pasan juntos, mejorando de paso el clima familiar. También es muy positivo para los niños con TDAH jugar en grupo con otros iguales y aprender así a tener diferentes roles en el juego y tomar decisiones de forma cooperativa.

Estos son algunos juegos para entrenar la planificación y la organización del tiempo:

• El cronómetro mental. Pretende que el niño tenga mayor dominio del tiempo para lo que se les puede proponer jugar a calcular mentalmente 30 segundos, 1 minuto o 2 minutos, y ver quién se aproxima más al tiempo señalado. Se puede jugar en grupo e incluso hacer el cálculo mientras realiza alguna tarea que suele tardar mucho en realizar. Unido a esta actividad podemos aprovechar para potenciar el uso del cronometro por parte del niño, instándole a comprobar las aproximaciones de cada uno de los participantes.

• Planificación del día. Algún día se puede designar al niño como organizador de las actividades, estableciendo con él la pauta de las actividades que se harán durante el día, así como el orden y la duración de las mismas.

• Recetas de cocina. Se puede compartir un rato divertido cocinando juntos, memorizando los ingredientes y cada uno de los pasos para llevar a cabo la receta. Una variante puede ser que el niño memorice la lista de la compra y ayude a comprar.

• Yincanas. Juegos en los que la finalidad sea ir siguiendo una serie de pistas hasta un objetivo final. Cada pista deberá llevarnos a la siguiente. El niño debe planificar como iremos encontrando esas pistas o juegos escondidos.

Otros juegos que se pueden llevar a cabo para entrenar la atención y la memoria serían, por ejemplo:

• Visionado de películas. Posteriormente a verla se le puede pedir que responda a ciertas preguntas seleccionadas. También se les puede pedir que estructuren mentalmente y resuman la película oralmente o por escrito, y también se puede jugar a imaginar cómo hubiera sido la peli ante diferentes finales.

• Los clásicos juegos de mesa y portátiles. El Parchís, el Dominó, el UNO, Hundir la flota, Quién es quién,…

• Pasatiempos. Muy recomendable comprarle al niño un librito de pasatiempos con sopas de letras, actividades para buscar las diferencias entre dos imágenes, laberintos,…

• Juego de palabras encadenadas. Encadenar las palabras por su última sílaba: toalla- llavero- rodilla- llama- marino- notas.

• Juego de alargar frases. Uno comienza con una frase corta y vamos añadiendo partes hasta que a alguien le falle la memoria y pierda.

Por último se pueden proponer algunas actividades lúdicas dirigidas a controlar la impulsividad y a entrenar el control inhibitorio:

• Juego de la tortuga. Aprender a relajar diferentes partes del cuerpo contrayéndolas y practicar la respiración diafragmática.

• El profesor de yoga. Preparar una sesión de yoga a modo de juego en la que aprendamos a conocer nuestro cuerpo y a relajarnos. Puede ser el niño el que la dirija y piense actividades de relajación. Se pueden utilizar juguetes de masaje, plumas, etc.

• Juegos que potencien el control del cuerpo. Algunos ejemplos pueden ser los `duelos` en los que el primero que se ría o parpadee pierde.

fuente:
Marian Laredo Alcázar
Psicopedagoga Fundación CADAH